Desde la estación de autobuses de Armenia cogimos un taxi que nos llevaría directos hasta Salento. Hay un momento en el camino en que te ves rodeado de fincas de café, de verdes montes, ríos tranquilos y casitas bajas, un camino tranquilo y muy bonito que nos hacía presagiar lo que encontraríamos después de tantas curvas y subidas….
Cuando llegas a Salento te impresiona el colorido de su plaza principal llena de gente, de puestos y restaurantes, desde esta plaza parten numerosas calles por las cuales estábamos deseando pasear e integrarnos en ese buen ambiente.
Puestos de fruta en la Plaza
Desde la Plaza de Bolivar, nombre que adquirió por el libertador Simón de Bolivar, parte la calle principal, la Calle Real, la más bulliciosa de toda la ciudad
Calle Real
Balcones en la calle Real
En la calle Real se mezcla un ambiente hippie y mochilero, está llena de tiendas donde no podrás evitar entrar en más de una y seguramente comprar un montón de cosas, balcones coloridos originarios de la época, un buen sitio para descansar mientras te tomas algo tranquilamente y observas el ambiente y numerosos sitios donde poder degustar la gastronomía local, no os podéis ir sin probar la Bandeja Paisa y la Trucha ¡¡Riquísimo!!
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La calle Real finaliza en una colina llamada ALTO DE LA CRUZ desde donde puedes observar todo Salento, para ello tendrás que prepararte para subir 253 escalones, las vistas merecen la pena y si lo hacéis a ultima hora podréis contemplar el atardecer sentados tranquilamente en la ladera.
Vistas del atardecer desde ALTO DE LA CRUZ
Salento es una ciudad muy pequeña pero con mucho encanto, tanto nos gustó que estuvimos más días de los que habíamos planificado y así poder hacer las excursiones que teníamos en mente sin prisas. Desde Salento hay dos visitas muy recomendables; El Valle del Cócora y perderos entre cafetales en una de las numerosas fincas de café.